domingo, 29 de marzo de 2015

Los niveles de endorfina en el BDSM



De: CristianFate en Mazmorra.com.ar

Por: John Masters
Fuente: http://angelpet.tumblr.com/post/7974295169/the-endorphin-levels-in-bdsm
 
Cultura BDSM
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Introducción

Prácticamente todas las personas que practican BDSM han oído hablar de las endorfinas, pero muy muy poca gente sabe realmente qué son, cómo funcionan, en qué consiste el “subidón” que causan y cómo se puede hacer para que el cuerpo de una persona sometida se llene de endorfina, correctamente. Este artículo busca contestar esas preguntas y servir de guía a cualquier persona que Domine a otra, de modo de que puedan tener éxito en colocar a Su sumis@ en un profundo estado de estupor.

El “subidón” endorfínico está causado por una sustancia química que el cuerpo inyecta en la sangre para reducir tu sensibilidad hacia el dolor (y por hace que se eleve el umbral de dolor). El hecho de que el cuerpo libere esta sustancia en descargas repentinas, una a la vez, es la clave para entender cómo hacer que el cuerpo de una persona sumisa, produzca estas descargas y las inyecte en el cuerpo, si lo deseas, cada vez que cada descarga está lista. Como si el cuerpo de la persona a la que estás sometiendo fuera una especie de instrumento musical que ejecutas.

Hay que tener en cuenta también que otra sustancia química -la adrenalina- también es producida por el cuerpo como reacción al dolor, y sus efectos también deben ser comprendidos. Este último aspecto es tratado más adelante, al final de la sección en la que se habla del aftercare, y es un elemento esencial al momento de garantizar el éxito de esta operación, como se verá.

Las descargas de endorfina se liberan en secuencias, y en cada una de ellas se descargan súbitamente. Luego de que cada descarga se realiza, al cuerpo le lleva unos diez minutos generar los químicos para una nueva descarga. Una vez que hiciste que el cuerpo de tu sumis@ inyecte una descarga de endorfina en el sistema, tienes que continuar realizando estímulos en el cuerpo por al menos unos diez minutos, para que el cuerpo vuelva a prepararse para liberar una nueva descarga de adrenalina. El estímulo puede ser casi cualquier cosa -juego de sensaciones, suave flogging o paddling, etc.- y no tiene que ser intenso. Ni siquiera tiene que estar cerca de la intensidad que causó la liberación de la primera descarga.

Pasados esos diez minutos, el cuerpo ya ha sido preparado para reponer la carga de adrenalina, y se debe entonces comenzar una aplicación de dolor creciente durante unos cinco minutos hasta llegar a un punto de climax (que parte del umbral actual de dolor de la persona que estás sometiendo, para empujarla hacia un nuevo límite). Al pasar ese nuevo límite, el cuerpo realiza la nueva descarga de adrenalina fresca recién preparada. Y así se avanza sucesivamente a nuevos umbrales de dolor, nuevas descargas de adrenalina y estado alterados de conciencia cada vez más profundos.

Los 6 niveles de una sesión y el aftercare

Con esta información, ¿cómo debe organizarse una sesión desde los puntos de vista dominante y sumis@?

(El autor pasa a describir los seis niveles de liberación de endorfinas que se pueden alcanzar en una sesión y el aftercare final).

Nivel 0

Cuando una sesión recién comienza, no hay endorfinas inyectadas en la persona que está siendo sometida. Por esta razón, incluso tormentos relativamente suaves pueden resultar más dolorosos que lo esperado. El cuerpo siempre tiene una reserva de endorfina para casos de emergencia. Así que después de unos pocos minutos de causarle dolor a la persona que estás sometiendo, la reserva de endorfina es liberada. En cuanto ello sucede, el umbral de dolor de la persona sometida, sube notablemente, de modo que la persona puede tolerar con facilidad lo que antes quizás la estaba llevando a sus límites. Acabas de poner a tu sumis@ en el Nivel 1. Aún no hay estado alterado de conciencia, solo un aumento del umbral de dolor.

 
Nivel 1

Cuando llegas a ese primer nivel, básicamente lo que hay que hacer es “mantener a flote” a la persona sometida durante unos diez minutos, realizando cualquier cosa que cause una estimulación relativamente suave pero constante, para preparar al cuerpo para que produzca la siguiente carga de endorfina a ser liberada. Este es un buen momento para juegos de sensaciones, o golpes suaves (paddling, flogging, whipping). Y como el único requisito es que se mantenga una estimulación constante, es una buena oportunidad para la persona dominante se relaje un poco.

Luego de pasados esos 10 minutos de mantener el cuerpo sometido estimulado, hay que comenzar una etapa de dolor creciente durante otros cinco minutos. La persona sometida llegará así hasta un pico, que coincide con su actual umbral de dolor. En ese momento tienes que aumentar repentinamente el grado de dolor durante unos 10 a 15 segundos, llevando a tu sumis@ un poco más allá del umbral de dolor. Eso va a hacer que el cuerpo de la persona a la que estás sometiendo, vuelva a inyectar en la sangre la nueva carga de endorfina fresca. Ahora tu sumis@ está en el Nivel 2 y aún no es perceptible un estado alterado de conciencia, aunque ya hay un salto considerable en su umbral de dolor.

 
Nivel 2

El ciclo vuelve entonces a comenzar, con un nuevo período de diez minutos de dolor moderado, para hacer que el cuerpo de la persona sometida genere una nueva carga de adrenalina, lo más rápido posible. El dolor debe mantenerse muy por debajo del umbral de dolor que acabas de crear, pero con algunos picos de un poco más de dureza, a cada minuto.

Después, otra vez viene el período de cinco minutos en el que tienes que ir aumentando el grado de dolor, hasta alcanzar el nuevo umbral de dolor al que hiciste llegar a tu sumis@ en el ciclo anterior. Ahora, como ya le habías subido bastante el umbral de dolor inicial, es posible que el cuerpo tarde un poco más en darse cuenta que está sufriendo una nueva crisis para liberar las endorfinas. Al igual que en el ciclo anterior, tienes que terminar este período de dolor creciente, con un pico de dolor muy agudo de 10 a 15, para llevar nuevamente a tu sumis@ más allá del umbral, haciendo así que el cuerpo vuelva a descargar la nueva carga de endorfinas.

 
Nivel 3

Ahora la persona sometida está en el Nivel 3. Ya se siente un poco atontada, algo drogada y le pesan los párpados. Cae en un estado de relajación, pero aumentan los gemidos y quejidos, a la vez que se le notan menos inhibiciones.

Otra vez entonces hay que emprender el período de diez minutos de relativa y mediana dureza, seguidos de cinco minutos de dureza creciente que desemboquen en un pico de dureza intenso de 10-15, ahora mucho más allá que el anterior. En esas condiciones harás que el cuerpo de la persona sometida descargue una nueva dosis de endorfinas, que a su vez va a llevar a la persona que estás sometiendo al Nivel 4.

 
Nivel 4

En este nivel, ya hay un evidente estado alterado de conciencia de la persona sometida, que se siente muy drogada, muy complaciente y muy sumisa.

De todos modos, esto está contrarrestado por las grandes cantidades de adrenalina que ya la han inundado, así que seguramente todavía la verás comunicativa y con sus reacciones físicas aún inmediatas, incluso hipersensitiva. En este momento, un pequeño golpe con la fusta o la vara puede provocar una gran crispación del cuerpo sometido.

Ahora, durante el período de 10 minutos de mantener a flote a tu sub, los gemidos y quejidos empezarán a ser largos y profundos. El cuerpo empezará a resistir más débilmente los dispositivos que lo restringen. Las reacciones ante los golpes fuertes se verán amplificadas. Es el momento de máximo placer para la persona Dominante que arrancará a Su sumis@ hermosos gemidos de éxtasis casi sin esfuerzo.

En este punto es muy importante ser muy consciente de los umbrales de dolor que tu sumis@ ha cruzado, porque el próximo período de 5 minutos de creciente dureza va a terminar en el límite de dolor más intenso que vas a lograr en esta sesión. La persona sumisa estará en un umbral de dolor altísimo, pero al mismo tiempo estará prácticamente grogy e imposibilitada para comunicarse y pronunciar la palabra de seguridad -de hecho ahora va a estar tan complaciente que es muy poco probable que use la palabra de seguridad aunque debiera usarla-.

Así que para lograr el “grand finale”, hay que actuar con mucha sensibilidad y atención de lo que le está pasando a la persona que sometes.

 
Nivel 5

En una hermosa explosión, esta última descarga de endorfina va a llevar a tu sumis@ al Nivel 5, un estado de éxtasis supremo y docilidad, en el que puedes lograr prácticamente cualquier cosa que te propongas o desees. Las personas sumisas, cuando las pones en este estado, se vuelven completamente vulnerables y relajadas. Claramente se encuentran en un evidente estado alterado de conciencia.

Este es el punto en que la mayoría de la gente termina la sesión y desata a la persona sometida para comenzar el aftercare. Y a menos que conozcas a tu sumi muy bien, este es el momento en que vos también deberías terminar la sesión.

 
Nivel 6

Con esta última advertencia, para aquellos que sientan que tienen un profundo conocimiento de los límites y habilidades de sus sumis@, se puede seguir adelante, con el mismo timing y las mismas etapas que en los niveles anteriores.

Para el período de 10 minutos de dolor moderado constante, en este nivel puedes ser mucho exigente. La persona que estás sometiendo estará extremadamente sumisa y receptiva, y va a aceptar la cantidad de dureza que vos decidas aplicarle.

Es una situación peligrosa porque NO HAY MANERA de que la persona que estás sometiendo pueda pronunciar la palabra de seguridad en su situación -ni siquiera pueden hablar. Así que lo mejor es mantener alto el grado de dolor, pero no tanto. (Nota: la intensidad aplicada ahora va a aumentar también los niveles de adrenalina y la combinación y va a crear un estado de intensa excitación y al mismo tiempo intensa relajación estática en la persona sumisa que la pondrá en situación de recibir cualquier cosa que se le dé).

Al igual que en las series anteriores, luego de los diez minutos, hay que seguir con el período de cinco minutos de creciente dureza finalizando en los 10-15 segundos de pico extremo de dureza, que desencadenará la nueva descarga de adrenalina.

Ahora, con la cantidad de adrenalina que hiciste que el cuerpo de tu sumis@ descargara -así como la total desinhibición por la adrenalina-, el comportamiento de la persona sumisa se vuelve impredecible en este punto y tienes que estar listo para sujetar a tu sumis@, en caso de sacudidas salvajes o al menos no resultar golpeado/a.

La persona que está siendo sometida va a estar en tal estado alterado de conciencia que sus reacciones pueden ser extremadamente primitivas. No podrá hablar y sus sonidos y comportamientos serán básicamente animales.

Así que ten mucho cuidado en este punto. Acércate a la persona sumisa como si fuera un animal salvaje -con mucha tranquilidad, hablando suavemente y gesticulando de modo muy calmo. Estate preparado para cualquier sacudida salvaje o intento de escapar. Y no te tomes ninguna de sus actitudes como si se tratara de una cuestión personal. A partir de este punto lo que viene es un largo período de ensoñación, si el aftercare es manejado apropiadamente.

El aftercare

¿Por qué insisto en el tema del aftercare? En este punto, terminó la tarea de hacer que el cuerpo de tu sumis@ se llene de grandes cantidades de endorfinas. Está bien. Pero hay que tener en cuenta que también se liberaron grandes cantidades de adrenalina. Y el tema de la adrenalina es una cuestión muy complicada.

Incluso en el Nivel 4, el aftercare es ahora muy importante, debido al hecho de que la adrenalina se quema muy rápido, mientras que las endorfinas se queman muy despacio. En el Nivel 5 o el Nivel 6, hay tanta adrenalina en el cuerpo de la persona sometida, que va a tardar en quemarse entre 10 y 20 minutos, incluso hasta 30 minutos.

En este lapso la persona sumisa va a experimentar una serie de golpes de adrenalina (similar a las náuseas del café) y en algunos casos pueden ser muy intensos y hasta atemorizantes. Durante este período de recuperación, la persona sometida necesita permanecer tibia, contenida y cómoda, mientras se quema toda esa adrenalina que hiciste que se metiera en su cuerpo.

Esto es algo que muchísimas personas Dominantes no saben, y no tienen conciencia de la cantidad de daño que pueden causar por no actuar amorosamente, acariciando y confortando a la persona sometida.

Todo lo que la persona sometida necesita ahora es ser contenida y abrazarse a la persona que la Domina, ser confortada por tu presencia y que se le permita que vos seas el foco excluyente de su conciencia. Ningún estímulo es deseable en este momento, ni siquiera un masaje. Lo que es importante es mantener contacto verbal con la persona sometida, diciéndole cada tanto que se relaje y que descanse. La adrenalina la va a tener en un estado de mucha agitación -latidos, respiración, etc.- y esto va directamente en contra de lo que produce la endorfina.

Es muy importante darse cuenta que si no vas hablando para ir frenando la agitación que produce la adrenalina, la persona sometida puede fácilmente no llegar a la relajación necesaria para permitirse sentir la cantidad de endorfinas que hay en su cuerpo. (¿Quién no ha visto a una persona sumisa que luego de 45 minutos o una hora de intenso castigo hasta el punto del colapso, es liberada y en un par de minutos ya se la puede ver dando vueltas, hablando e interactuando con las demás personas, como si nada hubiera pasado? Estas personas están flotando en su propia adrenalina. ¡Eso no es saludable!)

Así que mientras abrazas a tus sumis@ y dejas que te abracen, procurad que se sientan confortables y decirles que se relajen y se dejen ir. Sentirás como lo hacen, por la misma razón que están dóciles y complacientes, pero también sentirás como se tensan por lo efectos de la adrenalina. Por eso tenéis que seguir diciéndoles que se relajen, que se vayan dando permiso para relajarse totalmente.

Mientras esto sucede, alguna persona sometida puede experimentar un sentimiento de miedo, como si se cayeran por un precipicio, o pueden experimentar también una sensación de ceguera (porque las endorfinas pueden llegar a relajar el nervio óptico), volviéndose a tensar mucho.

Si te dicen que les está pasando algo así (o incluso antes de que lo hagan) decirles que es normal y que simplemente lo dejen ir. Poco a poco se van a relajar profundamente y a menudo verán colores y visiones en technicolor.

Una vez que esta recuperación pase y que habrá tomado entre 10 minutos y media hora, según la adrenalina que tuvieron que quemar, tu sumis@ necesitará otro poco de atención amorosa y entonces sí puedes dejarl@ bajo una manta en algún lado a solas, para que flote en una burbuja de felicidad, incluso durante horas.

 
Relaciones sexuales

Las personas dominantes deben saber que si desean tener relaciones sexuales con sus sumis@, probablemente deban hacerlo en los niveles 3 o 4, porque una vez que alcanzan el nivel 5, las personas que están siendo sometidas están demasiado embriagadas para concentrarse durante mucho tiempo en lo que están haciendo.

Es cierto también que tener sexo en los niveles más altos a veces puede resultar muy pasional y sin ninguna inhibición, alcanzando grandes alturas de éxtasis y orgasmos nunca antes experimentados. Pero, si tus sumis se distraen o pierden la erección, no digas después que no te avisé. No hay manera de saber cómo reaccionarán en los niveles 5 o 6.

 
El "vuelo"

Hay otro factor que puede producir un estado alterado de conciencia. Mucho más que incluso la más extrema experiencia con las endorfinas, se encuentra la experiencia de las personas sumisas que se enfocan completamente, en completa sumisión, en la persona que las Domina, y al complacerla producen también una estado alucinógeno conocido como “vuelo”.

Este estado puede alcanzarse con una pequeña cantidad de endorfina en el cuerpo. Algunas personas piensan que no es necesaria la endorfina, pero estoy muy seguro de que hay que llegar al menos hasta los niveles 3 o 4, para disparar una total falta de inhibiciones, que es lo que este estado de “volar” requiere.

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