La
creencia de que el sadomasoquismo guarda relación con una violencia
latente, que su práctica es un medio para liberar esa violencia, de dar
rienda suelta a la agresividad es un punto menos que estúpida. Es bien
sabido que no hay ninguna agresividad en las prácticas de los amantes
sadomasoquistas; inventan nuevas posibilidades de placer haciendo uso
de ciertas partes inusitadas del cuerpo, erotizándolo. Se trata de una
suerte de creación, de proyecto creativo, una de cuyas notas destacadas
es lo que me permito denominar desexualización del placer. La creencia
de que el placer físico procede simplemente del placer sexual y de que
el placer sexual es la base de cualquier posible placer es de todo
punto falsa. Las prácticas sadomasoquistas lo que prueban es que
podemos procurarnos placer a partir de objetos extraños, haciendo uso
de partes inusitadas de nuestro cuerpo, en circunstancias nada
habituales, etc.
La posibilidad de hacer uso de
nuestro cuerpo como fuente de una pluralidad de placeres reviste una
enorme importancia. Si nos atenemos a la construcción tradicional del
placer, comprobamos que los placeres físicos o carnales tienen su
origen siempre en la bebida, en la alimentación y en el sexo. A mi
juicio, ahí quiebra nuestra inteligencia del cuerpo, de los placeres.
El sadomasoquismo
es, a este propósito, sumamente interesante ya que pese a tratarse de
una relación estratégica se caracteriza por su flexibilidad. Hay claro
está, dos papeles pero nadie ignora que esos papeles pueden
intercambiarse. En ocasiones, al comienzo del juego uno es el amo y
otro es el esclavo y al final el que era esclavo pasa a ser el amo. O
incluso cuando los papeles son permanentes, los actores saben
perfectamente que se trata de un juego, ya se cumplan las normas, ya
exista un acuerdo, tácito o expreso, por el que se establecen ciertos
límites. Este juego de estrategias reviste un enorme interés como
fuente de placer físico. Pero no me atrevería a decir que se trata de
una repetición, en la esfera de la relación erótica, de la estructura
de poder. Es una representación de las estructuras de poder a través de
un juego de estrategias capaz de proporcionar un placer sexual o
físico.
La práctica del
sadomasoquismo termina por introducir un placer, que a su vez hace
nacer una identidad, razón por la cual el sadomasoquismo es una
auténtica subcultura; es un proceso inventivo. El sadomasoquismo
consiste en la utilización de una relación estratégica como fuente de
placer (de placer físico), hecho este, el de hacer uso de las
relaciones estratégicas para proporcionar placer, que se ha producido
en otras ocasiones. Ya en la Edad Media, la costumbre del amor
cortesano, con el trovador, el cortejo entre la dama y el galán etc.,
era también un juego de estrategias. Tipo de juego que puede advertirse
actualmente entre los jóvenes que frecuentan las salas de baile los
sábados por la noche; incorporan relaciones estratégicas. El interés
radica en que la esfera heterosexual, las relaciones estratégicas
preceden al sexo; se justifican para llegar al sexo. En el
sadomasoquismo, por el contrario, las relaciones estratégicas son parte
integrante del sexo, un convenio de placer en el marco de una
situación específica.
En el caso, las
relaciones estratégicas son relaciones nítidamente sociales que afectan
al individuo en tanto que miembro de la sociedad; mientras que en el
otro lo que está en cuestión es el cuerpo. El interés radica
precisamente en esa transposición de las relaciones estratégicas que
pasan del ritual corporal al plano sexual.
Michel Foucault, nació el 15 de octubre de 1926 en Poitiers, Francia y murió el 25 de junio de 1984.