sábado, 3 de diciembre de 2011

AGUJAS

AGUJAS

De: NEO_CORTEX BDSM
(Traducción de la versión italiana de Anastassja sobre el artículo Play Piercing Factsheet escrito por el Deviant's Directionary de Dirk Des de Moore)

A diferencia del piercing (permanente), el "play piercing" o juego con agujas consiste en un piercing provisional, habitualmente realizado con agujas finas, donde la aguja es introducida durante la sesión y extraída al final, incluso llegándose a sustituir por el objeto decorativo (aros, etc.) auténtico y propio del piercing. Este juego es considerado una práctica Bdsm extrema, pero en realidad es menos terrible de lo que se piensa, a condición de tomar las debidas precauciones.
Como en todas las prácticas más avanzadas, la mejor forma de aprender es ensayando con un partner experto. Pero si se carece de esta posibilidad, será necesario practicar con uno mismo, comenzando con las partes más inocuas del cuerpo como son la zona inferior del ombligo o la superficie del brazo o el muslo, antes de usar las agujas en las partes más delicadas del cuerpo.


 
Sensaciones

Para la mayor parte de las personas el impacto más fuerte del play piercing es psicológico, debido a la sensación que produce penetrar o ser penetrados intima y profundamente. Una aguja fina atravesando la superficie de la piel no causa más dolor que una simple inyección, si bien parece estimular las endorfinas en proporción mucho mayor que el impacto fisiológico. Una vez que la aguja haya sido introducido, puede ser manipulada para estirar de la piel, lo que favorecerá la liberación de un nuevo flujo de endorfinas sin causar por ello más dolor físico. Aunque los amantes del dolor notaran que el piercing resulta más doloroso según se elijan zonas del cuerpo más propicias para ello.

 

¿Qué usar?
 
Las agujas más adecuadas para perforar la piel no son las afiladas en la punta como las agujas de coser, son las cilíndricas y huecas, con un corte a bisel en el extremo para facilitar la penetración. Podemos encontrar, por ejemplo, las antiguas agujas reciclables para jeringas de vidrio (agujas de piercing), la cánula intravenosa tipo Medicut y las agujas hipodérmicas usadas para inyecciones y extracción de sangre. Las agujas de piercing y las cánulas Medicut son más apropiadas para el piercing permanente, mientras que las agujas hipodérmicas son con mucho las más idóneas para el play piercing: son finas, bastante económicas, estériles y de un sólo uso. Además, el adaptador de plástico del extremo, que sirve para ensamblar la aguja a la jeringa, resulta un cómodo manguito para manipular fácilmente la aguja, y un tope para evitar que penetre totalmente en la carne.
Conseguir las agujas no siempre es fácil, y requiere un mínimo de búsqueda. Si bien son legales y libremente asequibles en muchos países, debido al riesgo que corren muchos drogodependientes al reutilizar y compartir las agujas, muchas farmacias rehúsan la venta a los no adictos. Las mejores fuentes de abastecimiento son las farmacias mayoristas y también los distribuidores online.

Las agujas hipodérmicas están disponibles en varias medidas. El diámetro, o el grosor, se identifica por el color del capuchón de plástico y por el nº de diámetro (G) que aumenta de forma inversamente proporcional al grosor. Cada medida está normalmente disponible en una longitud que oscila de 15 a 50 mm. Las medidas más comunes se muestran en la tabla adjunta.

 

Grosor Color Diámetro en mm

G18 rosa 1,20
G19 Crema 1,10
G20 Amarillo 0,90
G21 Verde 0,80
G22 Negro 0,70
G23 Azul 0,60
G24 Violeta 0,55
G25 Naranja 0,50
G26 Marrón 0,45
G27 Gris 0,40
G28 Verde-agua 0,36
G29 Rojo 0,33
G30 Amarillo 0,30
 
En general, cuanto más fina es la aguja menos intensa es la sensación que produce. Por ejemplo, una aguja de un espesor G30 (que corresponde a un diámetro de 0,3 mm) resulta casi imperceptible en algunas zonas del cuerpo. Áreas muy sensibles requieren agujas muy finas como las G25 o G26, y normalmente para el resto de las zonas un grosor G21 es el ideal. Para sensaciones más intensas podemos utilizar las G19, excepto en las zonas más sensibles.
Los distintos largos dependerán de las diversas finalidades. Lo más usual es que en el play piercing la aguja perfore la piel de lado a lado, por lo que agujas de una longitud de 15 mm resultan demasiado cortas. Podemos decir que 40 mm es un buen tamaño, y con 50 mm se tiene la posibilidad de enfilar la aguja a través de la superficie de la piel más de una vez.
Las agujas comunes para coser deben ser absolutamente descartadas: primero, porqué no son fáciles de esterilizar, en segundo lugar, están diseñadas de modo que dificultan la perforación de la piel y tercero, se quiebran con mucha facilidad, pudiendo acarrear graves problemas. Además, casi todas las agujas de coser disponibles en el mercado están fabricadas en metal económico con chapado de cromo, y si el recubrimiento fallase, podrían causar problemas de infección. Las agujas de acero inoxidable son difíciles de adquirir, si no son en comercios especializados en artículos marinos. Las agujas mencionadas son mucho más dolorosas porqué su forma puntiaguda hace que la carne se siga abriendo más tras la penetración inicial.

Para suturar (coser) la piel, las agujas hipodérmicas son lógicamente inadecuadas, y si no se logra adquirir agujas en acero inoxidable, o si se prefiere no usarlas (que es lo más sensato), la mejor alternativa es usar las agujas de sutura quirúrgicas, que son pequeñas agujas curvas ligadas a un hilo de nylon estéril o de seda, ya preparadas y confeccionadas en envoltorios esterilizados. El inconveniente es que no pueden ser manejadas a mano, deben usarse con una pinza de cirujano. El nylon es más resistente pero más difícil de anudar. Para la mayor parte de los juegos son preferibles las agujas más grandes, de largo de al menos 26 mm.

 

Higiene y prevención

El momento que requiere mayor cautela es cuando se introduce la aguja y se abre la herida, o sea, cuando la sangre está en contacto con el aire. Lo más importante es evitar que se infecte la herida, así como el contacto con la sangre.
Tener mucho cuidado de no herirse con una aguja ya usada con alguien. La mejor forma de impedir incidentes es hacer un trabajo lo más pulcro posible y mantener en orden el área de la sesión. Antes de empezar debemos organizar todo aquello que vayamos a necesitar, de modo que lo tengamos a mano y organizado de una forma racional, como haría un cirujano en una sala de operaciones. Es importante que dispongamos de una buena iluminación que nos permita una perfecta visibilidad, porque estos no son juegos para realizar a oscuras o en penumbra.
En modo alguno se debe practicar el play piercing si se está bajo los efectos del alcohol u otras drogas, y evitar sobre todo substancias como la cocaina o el "popper"(alucinógeno sintético), que pueden provocar temblores en las manos. Se piensa a menudo que con enfundarse un par de guantes de exploración, basta para asegurar una buena higiene, pero salvo que se trate de guantes estériles profesionales (que son caros, difíciles de adquirir y requieren un ambiente estéril y un tratamiento especial para no perjudicar el grado de esterilización), no son más eficaces que un par de guantes de látex cualquiera o de las manos desnudas y limpias. No garantizan ninguna defensa contra infecciones y gérmenes, y pueden comprometer la destreza en la manipulación manual. No debemos dejarnos llevar por el pánico en el caso que ocurriese un pequeño accidente. Si bien el riesgo de transmisión de enfermedades como el SIDA y la hepatitis existe, la probabilidad de contagio a causa del pinchazo de una aguja es más bien baja.
Hay que asegurarse que tanto la superficie de la piel sobre la que vamos a jugar, así como las agujas, están limpias y desinfectadas. Debemos desinfectar la piel con un buen producto adquirido en farmacia (del tipo germicidas usados para las inyecciones) y las agujas deben ser estériles y de un solo uso, procedentes de envases sellados a tal fin, o bien agujas recicladas pero desinfectadas y esterilizadas a conciencia. No reutilizar jamás las agujas ya usadas y sin esterilizar, ni siquiera sobre nosotros mismos en el caso de practicar el "self-play". Las manos deben lavarse muy bien con un jabón antibacteriano (por ejemplo, Lactacyd adquirido en farmacias). Una buena propuesta para limpiar la piel y prepararla para el play-piercing es la del artículo de "On the Safe Edge" (Jacques 1993:144-5): “Cualquier parte del cuerpo en la que vayamos a practicar cortes o perforaciones primero debe ser perfectamente lavada con un jabón bactericida, que aplicaremos, a modo de exfoliante, con un trozo de tela limpia y desinfectada. Para retirar posibles residuos de jabón, frotar la zona de piel sobre la cual vamos a jugar con un paño de algodón o lino embebido en alcohol. Después, repasar el área con un algodón mojado en agua oxigenada, y una vez seca la zona, impregnar la superficie de la piel con Betadine u otra tintura de yodo con la ayuda de otro algodón. No volver a tocar la piel desinfectada con nada que no esté esterilizado hasta no terminar con el juego y haber nuevamente desinfectado la zona. Friccionar la piel con un movimiento en espiral hacia afuera respecto al área a desinfectar”.
El ombligo posee pliegues escondidos en la piel. Para desinfectarlo debemos usar un bastoncillo de algodón empapado en Betadine o tintura de yodo. Limpiar bien el interior del ombligo con pequeños movimientos circulares, profundizando lo más posible. Para limpiar apropiadamente el pene, hay que retirar bien toda la piel y estirar el prepucio hacia atrás, asegurándose que no quedan pliegues sin desinfectar. Los labios menores y mayores de la vulva deben igualmente desinfectarse a conciencia con la ayuda de un tampón de algodón mojado en Betadine y posteriormente con otro algodón embebido en alcohol para eliminar el exceso de Betadine, evitando así que la piel quede resbaladiza.

Nota: algunas de estas substancias, sobre todo el alcohol, pueden escocer cuando se aplican sobre zonas delicadas como el pene o la vulva. No queda más remedio que apretar los dientes, la quemazón pasará rápido.

Debemos manejar las agujas con cautela. Las agujas vienen envasadas en cilindros cerrados de plástico con la cápsula de color en la parte baja de manera que se pueda ensamblar a la jeringa sin necesidad de tocar la aguja. Agarrar siempre por la parte del adaptador o cápsula de plástico, para evitar contaminar el asta o la punta de la aguja.
Antes de empezar a jugar, tener siempre a disposición una caja donde depositar las agujas ya usadas, que posteriormente deben ser tiradas en contenedores-incineradores para residuos hospitalarios (aunque son difíciles de encontrar). Como alternativa, podemos meter las agujas usadas en un frasco de cristal, sellar la tapa con algún adhesivo y envolverlo con varias capas de papel de periódico antes de tirarlo a la basura. Una buena norma es no volver a introducir la aguja usada en su funda cilíndrica, para evitar confundirla con una nueva.
Otro riesgo en el juego de las agujas es el desmayo, si bien ocurre raramente. No debemos preocuparnos, y sobre todo nada de pánico en el caso de ser nuevos en estas prácticas. La habitación ha de estar templada y bien ventilada, con un ambiente relajado y evitar un bondage demasiado severo. El juego de las agujas no conviene hacerlo en un contexto de dominación demasiado duro y psicológicamente opresivo, salvo que seamos muy expertos.

 

Tipos de play piercing - Piercing (perforación)

Las zonas más fáciles para iniciarse son las áreas carnosas de los muslos o la parte baja del ombligo con una aguja que apunta hacia abajo. Limpiar bien la zona como hemos indicado anteriormente, después sacar la aguja de su funda asiéndola por su cápsula de color. Pellizcar la piel, estirándola unos milímetros y enfilar la aguja a través de la piel levantada, haciéndola penetrar sin que el capuchón de plástico llegue a tocar el punto de entrada. Las agujas son muy punzantes por lo que bastará una mínima presión para que penetren en la piel.
Aquí va una pequeña sugerencia, que a veces facilita las cosas, para los sumisos novicios en esta práctica: cuando la aguja esté posicionada y lista para penetrar, inspirar profundamente, contener la respiración por un momento y espirar el aire inmediatamente después de la inserción de la aguja. De esta forma, el dolor (que sobre todo es psicológico, como podremos comprobar) parece que es menor o al menos más fácil de soportar. Ahora relajaros y gozad del juego. El Dominante puede divertirse moviendo dulcemente la aguja para ver el efecto que ejerce sobre la piel, pero debe hacerlo siempre manipulando la aguja por la cápsula de plástico. Evitar siempre tocar la aguja por la parte metálica.
Un problema frecuente de las agujas es que, una vez insertadas, la punta afilada que sobresale puede rasguñar o irritar la piel circundante. Consultar las sugerencias en el apartado Genitales para evitar este inconveniente.
El tiempo que se concede al sumiso para reponerse entre una aguja y la siguiente depende del juego y de sus protagonistas. Aunque a un sumiso principiante se le debería conceder el tiempo necesario para asimilar el dolor al menos en las primeras agujas, tiempo que le servirá al Dominante para estudiar sus reacciones y detectar posibles molestias. En cambio, en el caso de los más habituados podemos clavar las agujas en rápida sucesión.
La extracción de la aguja requiere el mismo cuidado que la inserción. Sostenerla con firmeza y extraerla paralelamente a la superficie de la piel con un movimiento delicado. Esto en el caso de superficies carnosas y normales, donde en el momento de la extracción pueden brotar algunas gotas de sangre. En el caso de partes íntimas ver el apartado dedicado a los Genitales.



Areas adecuadas para el juego de las agujas

SUPERFICIE DE LA PIEL:

A muchas personas les gusta perforar sólo la superficie de la piel: muslos, nalgas, brazos, vientre, espalda, mejillas, tórax y senos son los lugares preferidos. Para quien tenga la cabeza rasurada puede desear el piercing alrededor del "rapado", si bien, esta zona tiende a sangrar mucho. Algunos son amantes de crear verdaderas obras de body art: clavando las agujas siguiendo un diseño, por ejemplo, un círculo de agujas en torno a los pezones.



 
Otros juegan de manera que estiran la piel atando a las agujas gomas en diferentes formas. A dos piercers londinenses, apasionados del juego de las agujas, les gusta insertarse agujas en el tórax, el uno al otro, y atar las agujas entre ambos con gomas uniendo sus cuerpos. Después, juegan cimbreando las gomas, haciéndolas sonar como si se tratara de una extraña arpa humana.
Un piercer estadounidense afirma que su juego favorito consiste en formar dos filas paralelas de agujas a lo largo del tórax de un sumiso, para después enlazar entre las agujas paralelas un cordoncillo de seda como si se tratara de una especie de corsé, para poder estirarlos hasta encorvar al sumiso a la posición ideal para la fustigación. Posteriormente, le hace sentarse derecho y comienza a cortar el cordoncillo, gozando con la expresión del sumiso a medida que va desatando el "corsé".

 
GENITALES:
Las zonas de los genitales demandan un mayor cuidado que otras zonas del cuerpo. Por añadidura, la limpieza con alcohol en zonas delicadas como son los genitales resulta aun más molesta.



Áreas como el prepucio, el escroto, los labios vaginales menores y mayores, el clítoris y la superficie de la piel de la parte posterior del pene pueden ser perforadas, pero con una prudencia especial debido a la abundancia de vasos sanguíneos y a las irregularidades en la superficie de la piel. La sensación sobre la mayor parte de estas zonas no es en exceso intensa, pero el frenillo del pene (ligamento que sujeta el glande al prepucio) es particularmente sensible.

Si la aguja atraviesa un vaso sanguíneo sangrará poco, al menos hasta que no sea retirada. Es en el momento de la extracción cuando existe el riesgo que la herida sangre abundantemente. Aunque la hemorragia suele detenerse en poco tiempo. Otro riesgo es que se forme un hematoma, es decir, una bola de sangre en la piel. Habitualmente, los hematomas no suelen exceder de un centímetro de diámetro, y son reabsorbidos en el transcurso de pocos días, dejando un pequeño moratón. Hematomas mayores, o que continúan creciendo, requieren asistencia médica urgente.
Otro problema al perforar estas áreas, debido a sus formas irregulares, es la dificultad de poder evitar que la aguja arañe o irrite la piel circundante. Para remediar este inconveniente, hay quien inserta un trocito de corcho en la punta de la aguja después de haberla clavado, pero no es un buen método porque es poco higiénico. Aunque se podría esterilizar el corcho, introduciéndolo unos minutos en el horno o microondas y después guardarlo en sobres estériles con cierre. En algunos países, en comercios especializados en artículos Bdsm, se pueden adquirir agujas especiales con "capuchón" incorporado para taponar la punta.
Penes con piercing permanente facilitan el juego: por ejemplo, pueden ser sujetos a una serie de agujas insertadas debajo del ombligo para mantenerlo levantado.
Un juego clásico sobre los genitales masculinos, consiste en clavar una hilera de agujas en sentido horizontal a través de la piel a lo largo de la parte dorsal del pene, bajando hasta la línea de conjunción con el escroto. La piel en esa zona se levanta fácilmente y puede ser atravesada con agujas sin herir venas o partes delicadas, para obtener sensaciones muy fuertes e invasivas. Otra alternativa, consiste en empezar desde la base del pene e ir subiendo gradualmente hacia el glande, incluso creando dos filas de agujas en dirección opuesta atravesando el frenillo.
Otras partes aptas para ser perforadas, son aquellas compuestas de carne más firme, y por lo tanto más sensibles, donde se producen sensaciones más intensas.
Los pezones son áreas bastante seguras pero más duras de perforar de lo que se supone, y la operación es una de las más dolorosas del play piercing. Lo más apropiado, es clavar la aguja en la parte inferios del pezón (para entendernos, la parte más próxima al tórax), a través del borde de la aureola. Si se logra insertar la aguja con destreza y si el sumiso ama de verdad el dolor, se puede lograr incluso atravesar dos o tres agujas en cada pezón, disponiéndolas en forma de cruz o de asterisco.
A los amantes del género les gusta formar diseños en torno a los pezones del sumiso, distribuyendo una serie se agujas en la aureola formando una estrella. La habilidad está en insertar las agujas de forma que se las hace converger en el centro de los pezones, evitando tocar las agujas ya clavadas. Para iniciarse se puede probar con una cruz simple o una cruz de San Andrés, después con un asterisco de 6 agujas y luego con uno de 8. Os sorprenderéis de las diferentes sensaciones y de los diferentes niveles de sensibilidad que se pueden alcanzar con el piercing de los pezones.
El glande y el clítoris pueden ser perforados sin riesgos particulares, pero se trata de juegos particularmente dolorosos con abundante flujo de sangre, y reservados a piercer expertos y a sumisos muy masoquistas. Evitar perforar el tronco del pene, debido a la presencia de varias arterias y numerosos vasos sanguíneos.

 
TESTÍCULOS:
 
Los testículos pueden ser perforados de forma muy segura, pero requieren unas atenciones especiales. Lo más importante es asegurarse que los testículos no se muevan en el interior del escroto mientras clavamos la aguja o cuando esté ya insertada, porque si no corremos el riesgo que se rompa la protección externa (el tejido glandular que recubre el testículo y en el que se produce el esperma), provocando dolores agudos y daños severos. Atar bien ambos testículos con una venda , envolviéndola entorno a la parte superior del escroto de modo que la piel esté bien estirada sobre los testículos. Debemos hacer que el sumiso esté relajado y quieto, y sobre todo evitar que pueda hacer movimientos bruscos o imprevistos mientras insertamos las agujas.
La dirección de la perforación es otro aspecto muy importante: evitar absolutamente el epidídimo, que es ese “cordoncito” en relieve que discurre sobre la superficie del escroto entre cada testículo. Fundamentalmente existen dos métodos para perforar los testículos: el primero, perforando el testículo desde abajo con una aguja finísima y con un largo que sólo permita llegar a la mitad, sin traspasarlo. Pero numerosos expertos desaconsejan perforar el testículo propiamente dicho, mejor limitarse a perforar la piel circundante.
El segundo método, mucho más seguro, es perforar la piel lateralmente al testículo, sin tocarlo, clavando la aguja y sacándola después de pocos milímetros. Intentar perforar ambos testículos con una sola aguja es algo arriesgadísimo y requiere una aguja extremadamente larga. Mejor evitarlo.
Como precaución conviene usar agujas muy finas, para minimizar el daño en el caso que se decida perforar los testículos. como máximo usar una aguja nº 27. Limpiar y desinfectar la zona (tal como se ha descrito anteriormente) y después proceder a clavar la aguja lentamente y con mano firme. No dejar la aguja introducida durante demasiado tiempo, y , sobre todo, evitar del todo masturbar al sumiso mientras permanece con las agujas clavadas en los genitales. Habitualmente es raro que se produzcan hemorragias, pero en algunos casos puede verificarse algún derrame de fluido claro mientras la aguja está clavada o al proceder a su extracción. Se trata del fluido intra-testícular que se encuentra en torno al testículo (sirve para mantener la temperatura baja en la zona de los testículos), si se produce una pérdida modesta, ésta es del todo inocua. En cualquier caso, hay que estar capacitados para evitarle al sumiso preocupaciones y, sobre todo, ahorrarle aspavientos y sobresaltos.
Este tipo de experiencias le supone al sumiso, más que otra cosa, un impacto psicológico, un "viaje mental", porque a pesar de ser los testículos extremadamente sensibles a las presiones, no tienen verdaderos receptores del dolor. El sumiso sentirá el pinchazo de la punción en el momento en el que la aguja penetra en el escroto, y después un leve dolor cuando entre en el testículo, seguido de una sensación de palpitaciones durante el tiempo que la aguja permanezca insertada. Cualquier dolor más fuerte es una señal de que algo no va bien: extraer inmediatamente las agujas, pero con cautela, y no dejarse llevar por el pánico. Si el dolor persistiera debemos recurrir a la asistencia médica.
Si se decide aplicar estas prácticas sobre los testículos, es aconsejable previamente informarse bien a cerca de la anatomía testicular y sobre los posibles daños que estos pueden sufrir. Existen en páginas especializadas, amplios artículos dedicados al Ball torture (tortura de testículos).

 
Suturing - Sutura

Las precauciones a tener en cuenta en el suturing (para cuyo juego se usan, en lugar de las agujas hipodérmicas, las agujas de sutura con hilo de sutura incorporado) son en su mayoría las mismas que en el play piercing tradicional. Esta práctica puede ser realizada con agujas de coser estériles de acero e hilo esterilizado (ver el apartado ¿qué usar?) o suturas quirúrgicas estériles. También las manos deben mantenerse esterilizadas durante todo el tiempo que dure el proceso, ya que estarán en contacto con una aguja que tendrá que perforar la piel en repetidas ocasiones, y un hilo que debe penetrar en la herida en toda su extensión. Esto significa que debemos usar los auténticos guantes de cirujano y no los simples guantes de látex recomendados para el play piercing.
Como hemos explicado anteriormente, suturar con agujas de coser de acero presenta numerosas desventajas, por lo que es mejor usar las agujas de sutura quirúrgicas. Pero estas exigen un gran conocimiento sobre las técnicas quirúrgicas de sutura aplicadas con la ayuda de una pinza quirúrgica, es por tanto una técnica que requiere gran destreza y práctica.
El propósito más difundido en el juego de sutura es el cierre de los genitales para evitar la penetración o la estimulación sexuales. En las mujeres ambos labios (menores y mayores) pueden ser cosidos uniéndolos (infibulación temporal); en cambio, en el hombre se puede coser el prepucio de manera que quede cerrado, o se puede coser el pene en estado flácido dentro de los pliegues del escroto. También es posible coser los labios faciales para sellar la boca. Porciones de piel de la espalda, nalgas y muslos pueden ser cosidas de forma que quedan unidas.
De todas maneras, se trata de una disciplina que exige por parte del dominante amplios conocimientos al respecto y mucha práctica, y por parte del sumiso una predisposición al "blood-play" poco habitual. Evitar este tipo de juegos si no sois expertos. Y, sobre todo, evitarlo si se es impresionable.

 
Aftercare: asistencia "post-operatoria"

Existen diferentes opiniones a cerca de la asistencia "post-operatoria". Algunos prefieren usar nuevamente un paño embebido en alcohol o una gasa germicida de usar y tirar para taponar la herida, en este caso debemos recordar que el movimiento ha de hacerse siempre desde la herida hacia fuera, para evitar que el sudor o cualquier suciedad infecte la herida. Jacques recomienda usar una mezcla de Betadine y alcohol para rociarla sobre la zona de la herida (pudiéndose usar los envases spray ecológicos recargables, previamente esterilizados). Otros se limitan a limpiar las gotas de sangre, sin tocar la herida. Se aconseja consultar alguna guía sobre cuidados del piercing (ej: en la Web BodyFactory).
Si se ha realizado bien el piercing, la aguja debería dejar un orificio apenas visible, que desaparecerá en un par de días.

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